Esta planta hacía parte de las recetas de los aborígenes australianos, quienes preparaban infusiones con sus hojas, de aquí es de donde proviene su nombre inglés “Tea Tree”. En sus hojas se produce uno de los aceites esenciales más activos. Sus propiedades antisépticas y astringentes lo hacen eficaz en tratamientos de lesiones de la piel y dermatitis, ayudando a desinfectar heridas y quemaduras. Se recomienda usarlo para combatir el acné e infecciones bucales.